martes, 4 de abril de 2023

¡Magia!

Hoy encontré un posteo en Instagram de una persona diciendo que si, al cantar, nuestra voz no suena como nos gustaría y la canción que estamos cantando no suena como quisiéramos, es porque nos falta... ¡Una rutina de vocalización!

Decir esto equivale a decir que vocalizar es hacer magia.

Es importante ser responsables con la información que difundimos; sugerir que vocalizar va a hacer que nuestra voz se transforme en la voz que desearíamos tener para cantar "We Will Rock You", "I will always love you" (la canción que canta Whitney Houston en la película "El guardaespaldas") o en la voz de Lady Gaga cantando en "Nace una estrella", es generar falsas - ¡qué digo "falsas"! ¡Falcísimas! - expectativas en quienes amamos cantar y deseamos mejorar como cantantes.

Estudiar canto toma tiempo; años. Todas las voces pueden crecer y desarrollarse, y todas las personas pueden crecer y desarrollarse como cantantes (atención: no es lo mismo el desarrollo de la voz que el desarrollo del cantante). E inclusive así, todas las voces son diferentes y es posible que no todos los cantantes puedan abordar absolutamente cualquier repertorio.

Si mi voz tuviese una extensión de una octava (es decir que yo pudiera cantar sólo una octava del piano) y quisiera cantar la canción "What's Up" de 4 Non Blondes, que tiene DOS octavas de extensión, es más que seguro que no podría. Y vocalizar en mi casa todos los días no necesariamente va a hacer que lo logre. Los registros vocales se pueden extender, pero no necesariamente llegue el momento en el que pueda ampliar tanto mi registro como para permitirme cantar una canción de ese nivel de dificultad en relación a la extensión.

¿Ésto me hace un peor cantante? De ningún modo. Existen magníficos cantantes que no cantan canciones melódicamente complejas, pero nos conmueven hasta las lágrimas con sus bellísimas voces y sus sentidas interpretaciones.

Es importante que un docente nos acompañe amorosa y respetuosamente en el camino de desarrollo de nuestra voz, pero con metas posibles, realistas y que nos animen a apreciar y valorar nuestra voz, no como "desearíamos que fuese" sino como ya es. El crecimiento es un regalo hermoso y es importante disfrutarlo, pero que hoy no podamos cantar ciertas canciones o no sonemos como desearíamos sonar, no significa que lo que hacemos no sea ya suficiente para poder disfrutar de cantar y percibir la belleza que ya existe en nuestra voz y en nuestro canto.

Desde ya que apoyo la idea de practicar, de la vocalización como entrenamiento vocal y de ser consecuente con ese entrenamiento, pero ¡vamos! ¿Hace falta prometer fórmulas mágicas? ¿Generar expectativas de objetivos irreales? ¿Si vocalizo todos los días, entonces sí voy a poder cantar como Aretha Franklin? Y, sobre todo, si todavía no lo logré, ¿es porque no estoy vocalizando lo suficiente?

En fin, ésta soy yo en modo catarsis. Políticamente incorrecta en muchos aspectos, probablemente. Pero, no obstante, fiel a lo que siento y profundamente convencida de que a cantar se enseña ayudando a lxs cantantes a amar sus voces y su proceso de aprendizaje, y no a estar todo el tiempo poniendo el foco en lo que todavía falta.

El camino artístico es infinito. Y se recorre mejor con criterio de realidad, con amor y con aceptación de quienes somos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario