martes, 11 de abril de 2023

Libertad, libertad, libertad

Me cuesta escribir en estos días; estoy más en el hacer que en el decir. Y más todavía en el sentir que en el pensar.

Esta incursión en el canto desde un lugar mucho menos mental, menos racional, menos desde el pensamiento lingüístico, me lleva a preguntarme:

¿Cuánto espacio nos damos para habitar el canto sin preocupaciones? Sin estar intentando controlarlo todo (que, por otra parte, no se puede), sin preocuparnos por si desafinados o no, por cómo suena nuestra voz, por "cantar bien"... ¿Cuánto espacio nos damos para disfrutar de simplemente cantar?

Me encantaría leerles, saber qué sienten, qué espacio hay para el canto desprejuiciado y despreocupado en sus vidas. En la mía, casi siempre alguna voz me habla desde algún rincón de mi mente, de mis fantasmas, y me dice que podría estar haciendo todo mucho mejor.

Últimamente decido no escucharla. Y me siento mucho más libre.

¿Y ustedes?

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