martes, 18 de abril de 2023

Tomar riesgos

No es fácil salir de nuestro lugar de confort. Cuando descubrimos que algo se nos da fácilmente, es fácil también quedarnos habitando ese espacio, el de la seguridad, el del disfrute.

Cantar, o se nos da fácil, o nos hace inmensamente felices y éso, de alguna manera, bien vale el desafío de aprender y seguir aprendiendo aunque nos cueste un poco.

Sin embargo, ¿Cuánto hace que no asumís riesgos? ¿Que no cuestionás tus saberes y salís a buscar más? ¿Que no le preguntás a tus maestrxs los porqués de las cosas? ¿Cuánto hace que no intentás cantar un género musical nuevo? ¿Cuándo fue la última vez que te subiste a un escenario?

Un gran maestro de la vida me dijo una vez que "el crecimiento está en la diferencia"; en lo nuevo, en lo desconocido y en los saltos al vacío.

¿Cuánto hace que no saltás?

martes, 11 de abril de 2023

Libertad, libertad, libertad

Me cuesta escribir en estos días; estoy más en el hacer que en el decir. Y más todavía en el sentir que en el pensar.

Esta incursión en el canto desde un lugar mucho menos mental, menos racional, menos desde el pensamiento lingüístico, me lleva a preguntarme:

¿Cuánto espacio nos damos para habitar el canto sin preocupaciones? Sin estar intentando controlarlo todo (que, por otra parte, no se puede), sin preocuparnos por si desafinados o no, por cómo suena nuestra voz, por "cantar bien"... ¿Cuánto espacio nos damos para disfrutar de simplemente cantar?

Me encantaría leerles, saber qué sienten, qué espacio hay para el canto desprejuiciado y despreocupado en sus vidas. En la mía, casi siempre alguna voz me habla desde algún rincón de mi mente, de mis fantasmas, y me dice que podría estar haciendo todo mucho mejor.

Últimamente decido no escucharla. Y me siento mucho más libre.

¿Y ustedes?

martes, 4 de abril de 2023

¡Magia!

Hoy encontré un posteo en Instagram de una persona diciendo que si, al cantar, nuestra voz no suena como nos gustaría y la canción que estamos cantando no suena como quisiéramos, es porque nos falta... ¡Una rutina de vocalización!

Decir esto equivale a decir que vocalizar es hacer magia.

Es importante ser responsables con la información que difundimos; sugerir que vocalizar va a hacer que nuestra voz se transforme en la voz que desearíamos tener para cantar "We Will Rock You", "I will always love you" (la canción que canta Whitney Houston en la película "El guardaespaldas") o en la voz de Lady Gaga cantando en "Nace una estrella", es generar falsas - ¡qué digo "falsas"! ¡Falcísimas! - expectativas en quienes amamos cantar y deseamos mejorar como cantantes.

Estudiar canto toma tiempo; años. Todas las voces pueden crecer y desarrollarse, y todas las personas pueden crecer y desarrollarse como cantantes (atención: no es lo mismo el desarrollo de la voz que el desarrollo del cantante). E inclusive así, todas las voces son diferentes y es posible que no todos los cantantes puedan abordar absolutamente cualquier repertorio.

Si mi voz tuviese una extensión de una octava (es decir que yo pudiera cantar sólo una octava del piano) y quisiera cantar la canción "What's Up" de 4 Non Blondes, que tiene DOS octavas de extensión, es más que seguro que no podría. Y vocalizar en mi casa todos los días no necesariamente va a hacer que lo logre. Los registros vocales se pueden extender, pero no necesariamente llegue el momento en el que pueda ampliar tanto mi registro como para permitirme cantar una canción de ese nivel de dificultad en relación a la extensión.

¿Ésto me hace un peor cantante? De ningún modo. Existen magníficos cantantes que no cantan canciones melódicamente complejas, pero nos conmueven hasta las lágrimas con sus bellísimas voces y sus sentidas interpretaciones.

Es importante que un docente nos acompañe amorosa y respetuosamente en el camino de desarrollo de nuestra voz, pero con metas posibles, realistas y que nos animen a apreciar y valorar nuestra voz, no como "desearíamos que fuese" sino como ya es. El crecimiento es un regalo hermoso y es importante disfrutarlo, pero que hoy no podamos cantar ciertas canciones o no sonemos como desearíamos sonar, no significa que lo que hacemos no sea ya suficiente para poder disfrutar de cantar y percibir la belleza que ya existe en nuestra voz y en nuestro canto.

Desde ya que apoyo la idea de practicar, de la vocalización como entrenamiento vocal y de ser consecuente con ese entrenamiento, pero ¡vamos! ¿Hace falta prometer fórmulas mágicas? ¿Generar expectativas de objetivos irreales? ¿Si vocalizo todos los días, entonces sí voy a poder cantar como Aretha Franklin? Y, sobre todo, si todavía no lo logré, ¿es porque no estoy vocalizando lo suficiente?

En fin, ésta soy yo en modo catarsis. Políticamente incorrecta en muchos aspectos, probablemente. Pero, no obstante, fiel a lo que siento y profundamente convencida de que a cantar se enseña ayudando a lxs cantantes a amar sus voces y su proceso de aprendizaje, y no a estar todo el tiempo poniendo el foco en lo que todavía falta.

El camino artístico es infinito. Y se recorre mejor con criterio de realidad, con amor y con aceptación de quienes somos.